Según la Real Academia de la Lengua Española, el término fundación hace referencia a “la persona jurídica dedicada a la beneficencia, ciencia, enseñanza o piedad, que continúa y cumple la voluntad de quien la erige”. Si cogemos como punto de fuga esta definición, se sobreentiende que el objetivo de una fundación no es un ánimo de lucro. Aunque la realidad es muy distinta. Según el último estudio realizado por la Asociación Española de Fundaciones (AEF) existen más de 11000 fundaciones, aunque sólo unas 8000 tienen una actividad y objetos concretos, es decir, que son operativas. Esto significa que más de 2000 organizaciones carecen de objetivos o están inactivas, llegando así a la conclusión de que sólo el 15% tienen un impacto considerable.
Crear una fundación puede tener dos metas: una es la obtención de ventajas fiscales (las cuales suelen carecer de un fin altruista) y otra, sobre todo las creadas por empresas, es la consecución de una buena imagen empresarial que destila a su vez publicidad. De todo esto se puede determinar una idea clara: ambas buscan el interés propio (bien es cierto que no todo se puede meter en el mismo saco).
Son muchas las grandes compañías que han creado este tipo de organizaciones, algunos ejemplos muy conocidos son la Fundación Banco Santander, Fundación Caja Madrid o la Fundación de la ONCE, todas ellas con sólidas empresas que la sustentan (la fundación que más presupuesto tiene es la formada por la Caixa). Curiosamente las más potentes son las desarrolladas por las cajas, pero hay que tener claro que este tipo de banco no tiene ánimo de lucro y están obligados por la ley a que parte de su beneficio sea destinado a obras sociales.
Si analizamos el número de fundaciones que existen en cada comunidad Cataluña está a la cabeza con 2650, seguida por la Comunidad de Madrid con 2316. En nuestro caso, Aragón cuenta ya con 322. Si se siguen examinando los datos, el mayor número de fundaciones son de carácter cultural (1326), aunque en los últimos 10 años se ha creado un mayor porcentaje de fundaciones relacionadas con el campo de la investigación. Al ampliar el estudio a nivel europeo, se ve que España es el tercer país con mayor número de patronatos, tras Alemania e Inglaterra.
El crear fundaciones para lograr una serie de ventajas (o eximentes) fiscales no sólo se hace en este país. En diciembre del 2007, según informaciones de The Guardian, una docena de bancos ingleses obtuvieron miles de millones de libras a través de acuerdos cuyas tapaderas eran fundaciones con fines benéficos, aunque en realidad estas entidades no donaron nada a esas causas por las que fueron creadas.
Citando a Juan Andrés García, director de la AEF, “Hay muy pocos grandes filántropos en España más allá de Amancio Ortega y Esther Koplowitz”. Debe ser que el verdadero amor hacia el ser humano ya no está de moda.
Javier Heredia
